El cepillado y acicalamiento

El perro, como animal de compañía, es un animal de rutinas: las comidas a las mismas horas y en el mismo lugar, los paseos a las mismas horas, etc. Todos nos hemos fijado alguna vez en cómo se levanta nuestra mascota de su camita y se empieza a desperezar y a mirarnos porque se nos está pasando la hora del paseo.

El cepillado y acicalamiento de nuestra mascota debe ser una rutina imprescindible.

¿Por qué? 

Son 3 las razones de mayor peso:

1) Mantenimiento del manto en las mejores condiciones posibles. Un manto cepillado a diario es un manto limpio y desenredado. Los collares, arneses y las caricias que les proporcionamos son el peor enemigo del pelo, puesto que lo enredan muchísimo, sobretodo los arneses, con el movimiento del perro al caminar. Lo recomendable es cepillarles cada vez que vengan de la calle y les quitemos el collar y/o arnés, sobretodo si es un manto largo. Aunque es aconsejable que en cualquier tipo de pelo, mientras permanezca dentro de casa, el perro no lleve ningún tipo de collar o arnés que le oprima, ya que no deja traspirar bien la piel y va deformando el crecimiento del pelo.

Si mantenemos el manto desenredado, facilitamos el trabajo al peluquero, éste seguramente pueda jugar más con el tipo de arreglo, y el perro pasará menos horas en la peluquería. El objetivo en la peluquería es que el perro no sufra a base de tirones, que el manto quede sano y arreglado, y el peluquero pueda explayarse en lo que el cliente pida. Saldrá de la peluquería un perrito guapo y feliz, porque habrá estado poco tiempo y no lo verá como una experiencia traumática.

 

2) Rutina y vínculo. Siempre a la misma hora, a ser posible en el mismo lugar. El cepillado rutinario es una excusa más para compartir un determinado tiempo con nuestra mascota, para dedicarle tiempo y atención.

 

3) La más importante de todas: Manejo. Un animal al que no se le acostumbra a ser cepillado desde cachorro, es más probable que el día de mañana presente problemas de conducta cuando se intente hacerlo tanto en casa como en la peluquería. El perro en su primera sesión de peluquería podría estresarse demasiado y guardar la experiencia como algo desagradable y tener miedo a ir a la peluquería.

Este punto es muy importante, porque no sólo nos permite cepillarle, sino poder explorar cada milímetro de su cuerpo, comprobar que la piel esté bien, o en caso de necesitar atención veterinaria por alguna herida, que la exploración y tratamiento sea de lo más natural y tranquilo posible, sin hacerle pasar por una mala experiencia donde se estrese porque no entiende el significado de ponerle panza arriba, o levantarle una pata. Y gracias a todo el trabajo que llevamos realizando desde que era un simple cachorrito de 2 meses.

 

El cepillado, una rutina muy sana, se refiere a que un perro acostumbrado al cepillado es un perro sano tanto física como psicológicamente. Por todo lo explicado anteriormente, un perro no acostumbrado al cepillado presentará problemas de conducta en casa, en la peluquería, en la clínica… ante los intentos de manejo y experiencias que no ha vivido o no está acostumbrado.

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Comentarios: 2
  • #1

    Cesar (miércoles, 09 noviembre 2016 14:32)

    Personalmente soy de los que peino y acicalo de vez en cuando, pero si es cierto que tiene muchos beneficios para ellos y para el vinculo conmigo. Cambiaré la rutina para centrarme mas en ese momento juntos. Me parece un post muy interesante, me aplicare el cuento... jejeje

  • #2

    Paloma Ayala (lunes, 28 noviembre 2016 01:23)

    Como estudiante de peluqueria cualquier información sobre estos temas me interesa. Si poneis mas prometo leeros a menudo. Un abrazo